El concepto de retroalimentación comúnmente da la impresión de no ser valorado lo suficiente, e inclusive, tiende a ser confundido a la hora de demandar una definición de esta. Muchos docentes entienden la retroalimentación como el mero hecho de repasar contenidos revisados en la clase, aclarar dudas o corregir errores. Si bien la retroalimentación apunta indirectamente a estos elementos hay muchos puntos que son frecuentemente ignorados o poco profundizados a la hora de hablar de retroalimentar contenidos.
Se debe entender la retroalimentación como la práctica docente en la cual se busca apoyar a los estudiantes con el fin de alcanzar distintas metas de aprendizaje por medio de una interacción respetuosa. Resulta netamente importante lograr un estado de consciencia en los alumnos en el cual, a través de preguntas, logren posicionarse espacialmente entre lo que realmente saben y la meta que deben alcanzar para lograr un aprendizaje. Resulta esencial que los estudiantes también sean participes de su propio proceso de aprendizaje.
Se debe entender la retroalimentación como la práctica docente en la cual se busca apoyar a los estudiantes con el fin de alcanzar distintas metas de aprendizaje por medio de una interacción respetuosa. Resulta netamente importante lograr un estado de consciencia en los alumnos en el cual, a través de preguntas, logren posicionarse espacialmente entre lo que realmente saben y la meta que deben alcanzar para lograr un aprendizaje. Resulta esencial que los estudiantes también sean participes de su propio proceso de aprendizaje.
A la hora de caracterizar una retroalimentación efectiva podemos mencionar que es respetuosa, promueve la reflexión, es detallada, reconoce aspectos positivos, está relacionada con los crterios de evaluación, es moldeable a las características del curso (individual o grupal, oral o escrita) y por último es entregada de forma frecuente.
Para que se logre promover efectivamente la retroalimentación, se necesitan tres elementos fundamentales: clima de aula y expectativas, uso del diálogo y por último desarrollo de habilidades. El primer elemento requiere que los profesores sean capaces de lograr un ambiente de equidad, respeto, confianza que facilite la interacción entre pares incluyendo al docente. El tener altas expectativas en los estudiantes, incluso en cosas más allá de la asignatura en si, propicia que estos tengan la confianza para dar opiniones y facilitará que logren adquirir el aprendizaje.El uso de un buen diálogo es el motor para generar un clima de confianza y respeto al interior del aula. Se debe entregar legitimidad a las opiniones, que sea constructivista y no debe sera utoritario. Por último el desarrollo de habilidades les entregará a los estudiantes la autonomia y autosuficiencia necesarias para ser partícipes de su propio caprendizaje; el famoso "aprender a aprender". Esto los ayudará a construir argumentos, traer sus propias experiencias para construir aprendizajes y por lo tanto facilitará una retroalimentación más efectiva.
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